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Foto del escritorCarmen Ruiz

La integración de la coherencia, mientras en apariencia vivimos la distopía y la alienación.

Actualizado: 16 jul 2020

Atreverse a valorar esta situación mundial con la suficiente neutralidad y ecuanimidad sin caer en un idealismo de toque espiritual de salvadores del mundo porque están pasando muchas cosas que distorsionan y nos hacen salir de nuestro centro, es uno de los referentes de la renovada consciencia.


Así, entablamos una acción cuyos hilos hay que discernir cuidadosamente, ya que aún hay personas que no creen estar preparadas para dar este salto cuántico, ni se dejan convencer cuando se les dice: ¡Despierta! ¿no ves lo que ocurre?

Y quizás sea lo mejor, es decir; algunos contestan: <<Sigo en mi línea, sigo en mi vida, soy el dueño y creador de la misma y no me saques de aquí por favor, que hoy quiero estar tranquilo>>.

Tomo nota de ello. Otros en apariencia se interesan en algún momento para después desinflarse y caer de nuevo en la llamada del sistema preestablecido.

Y sigo insistiéndoles. ¡Despierta! ¿no ves lo que pasa?

Y mientras algunas voces exclaman: ¡Qué alguien haga algo por favor! ¡Ya está bien de tanta corrupción! ¡La sociedad está distópica!


Es muy, pero que muy evidente que gracias al miedo y todos sus emociones asociadas (temor, incertidumbre, pánico, etc…), la mayoría de las personas se van acostumbrando a esta nueva anormalidad, a esta versión anteriormente anticipada por tantas películas de la llamada ciencia ficción (Avatar, Matrix, Contagio).


¿No será más bien, que todo esto va generando semillas que nosotros, los llamados <<creadores>> le vamos dando forma material porque, después de todo, esto es lo que se pretende con este tipo de manipulación? Y así, cuando ya estamos en modo presente decimos, ¡anda ya está aquí! ¿Cómo es posible? ¡Si parece que estamos viviendo ya la película que vimos hace algunos años!



En compensación, resalto que me alegro mucho cuando encuentro en internet iniciativas conscientes, algunas para aclarar el entramado establecido de corporaciones y organizaciones. Hace poco tiempo me llegó un vídeo con una iniciativa en Amsterdam*. Se llama Abraza un nuevo modelo económico. Un tema interesante que en mi opinión, debería hacerse contagioso en otras comarcas o regiones. Llegados a este punto, las iniciativas sociales ahora son muy adecuadas y las personales que las alimentan y son motores para ponerlas en movimiento, aún más.

Otro ejemplo que he podido comprobar de ecología futura es en Japón, con grandes zonas verdes, vegetación exuberante y construcciones esenciales en pos de mantener el respeto por los entornos naturales. Seguro que hay más ejemplos de autosuficiencia y ecología. Si conocéis alguno, no dudéis en escribir a mi email. **

Entonces, reflexionando brevemente:

¿Adónde nos dirigimos los seres humanos?

¿Vamos a seguir alimentando las ideas del propio exterminio, porque le damos el poder a algunos seres que lo hacen en nombre de su propio ideal y visión de como tienen que ser las cosas?

¿Vamos a hacer una rebelión pacífica de una vez por todas? ¿Vamos a tomar iniciativas en plataformas ciudadanas para esclarecer todas las noticias, poner luz a la sombra, poniendo orden al caos?

¿Qué queremos realmente?


Algunos preferimos movernos desde la referencia de cambio interno sin que sea por necesidad, porque este tren simbólico va a mucha velocidad.

El cambio, la transformación interna ha de ser sin miedo, porque de no ser así llevaría otra vez de vuelta al mismo andén de la estación que justo acabábamos de dejar.

Y mientras tanto, el famoso tiempo, ese que parece ir muy deprisa, o muy despacio según se mire va explotando esos globos de agua con los que jugábamos cuando éramos pequeños. Una y otra vez la maquinaria del tiempo vuelve a cuadrarse produciendo un nuevo ciclo, una nueva etapa o un nuevo planeta que se alinea y ¿hasta cuándo vamos a seguir condicionados por este multisistema?


Una última reseña a lo escrito, a modo de postdata:

Cada día me sorprende más la capacidad que tenemos los seres humanos. Al principio nos veíamos raros cuando nos poníamos las mascarillas, luego nos daba penita ver a los mayores y a los niños con ellas, y ahora después de “un cierto tiempo” nos vamos acostumbrando a verlas. Conclusión: nuestra capacidad de adaptarnos es tremenda. Pero no olvidemos algo muy importante, las mascarillas nos impiden respirar plenamente, nos impiden oxigenarnos en el porcentaje adecuado, producen dolor de cabeza, mareos, no nos dejan ver las sonrisas de nuestros congéneres. Por tanto, no es lo mismo adaptación por aceptación voluntaria que sumisión por adoctrinamiento.

¡Cuídate por favor, que no te arrebaten la coherencia personal!

Cuando hagamos un cambio a nivel de consciencia, que este sea estimulado en el <<saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera, pintarse la cara color esperanza, tentar al futuro con el corazón>>*** como dice la canción, siendo lo más importante sentir el amor en nosotros mismos y hacia nuestro entorno, eso es poner la máxima conciencia por el bien común y general. Es desde este lugar como la realidad del mundo que vivimos sanará.

De nuevo toca centrarse y alinearse con el corazón en una continua toma de consciencia donde la presencia vibrante toma el relevo para conectarnos con el auténtico estado de paz y amor que realmente somos.

Carmen R.A.

** vozcolorvida@gmail.com

***letra de la canción: Color esperanza de Diego Torres.





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