Por los general, las personas cuando venimos al mundo no traemos recuerdos, aunque conozco a alguien que si los ha traído. Esto nos hace reflexionar sobre la existencia de un espacio más amplio de expresión del alma, considerada ésta como una chispa eterna llevada por los vientos estelares de este vasto Multiverso.
Según mis padres, cuando era niña, era muy observadora y paciente, habitualmente me sentaba en una sillita a mirar a los niños jugar o ver a las personas realizar sus tareas cotidianas, ya que ellos tenían una tienda de ultramarinos y había movimiento de clientes que entraban a comprar, a charlar y contarse sobre sus vidas; se podría decir que era un espacio social variado. Eso me permitió empezar a vivir la vida desde el sentido que te da la observación y la atención. Más tarde ayudaba en la tienda con cálculos a veces extensos, como productos y sumas, en definitiva, repasaba las facturas que mis padres hacían. Por aquel entonces aún no teníamos calculadora, todo se hacía a mano y “a mente” podríamos decir.
Quizá esto mismo plantara una semilla y fomentara la decisión que tomé a la hora de estudiar una carrera, como las Ciencias Exactas. Desde muy joven era una gran observadora de los ciclos de la Naturaleza, percibía los cambios estacionales como parte intrínseca de la vida. Recuerdo sobre todo que me gustaba mirar al cielo muchísimo, contemplar a la luna en sus distintas fases y dibujar las constelaciones con la mano en un intento de acercamiento simbólico. Esto aparentemente tan simple me llevó a profundizar realizando estudios astrológicos que aún perduran y le han dado completo sentido a mi vida y a la de muchas personas que se han acercado a saber algo más de ellos mismos.
Sobre todo la experiencia de contemplación del amanecer solar o su atardecer, ha dado pie a escribir muchas poesías que, como cantos surgían de mi voz creativa y soñadora.
Ya digo, desde muy joven empecé sin apenas darme cuenta a buscarle sentido a la vida, y cuando ya era más consciente de ello, entré en un bucle filosófico~espiritual en el que aún sigo. Afirmo que la visión integradora y holística que he podido conseguir es un gran regalo que me ha dado esta experiencia vital.
Llegó el momento en el que conecté con el sentido de la respiración, como conciencia de la energía que somos y como motor de la vida en sí misma. Esto me llevó a senderos muy variados de estudio, como el yoga, la meditación, la relajación o el estudio de diversas técnicas energéticas relacionadas con la sanación. Este es un campo muy rico en experiencias, como resultado de esto, mi visión y percepción del sentido de la vida creció, creció y aún sigue haciéndolo. He llegado a un punto de suficiente Claridad Mental en el que llegan las respuestas a las preguntas existenciales que todos nos hemos hecho en alguna ocasión. La apertura de consciencia es un gran regalo si se sabe disfrutar, si se sabe agradecer.
Día a día nos llegan multitud de mensajes sin carta ni sello, de una procedencia sutil y embriagadora, que generan oleadas de sensaciones de certeza y coherencia y que alimentan a nuestro Yo más interno. En este sentido, he sido muy agraciada por las bendiciones que he recibido en mi trayecto de vida.
Sobre todo me gustaría recalcar el más importante que he localizado, y es poner en movimiento a nuestro sentimiento de Amor, derramar por doquier palabras bonitas, voces amables y cantos del alma. También, sentirte siempre una niña, que ríe, que juega, que le gusta aprender siempre. Eso, es para mi lo más importante del sentido de la vida. ¿Y para ti?
Sentido de la Vida ¡ Te doy la Bienvenida!
En tu amanecer me reflejo desde este mar en calma,
recuerdos y vivencias de calidez sonora,
que salen al encuentro de la majestuosa y sincera VIDA.
En el cenit apareces como una Diosa engalanada,
poderosa y esplendorosa en si misma,
ardiente y apasionada al ser todo Corazón.
En el atardecer surges como un hermoso sueño
vibrante y coherente,
en su ritmo más adecuado.
Y al escuchar el susurro de la noche,
sigues brillando en esta multitud de estrellas,
que me arropan y protegen,
haciéndome sentir eternamente bella.
M.ª Carmen Ruiz Abad
Para mí también es importante ser una niña, reir, compartir, y amar. Me alegro por ese sentido de la vida encontrado. En esta vida es lo que todos andamos buscando, ese sentido. Por suerte tenemos personas especiales que nos hacen sentir especial. Y si no, siempre estás tú misma. Un besito!