¿Cuál es tu dedicación favorita?
- Carmen Ruiz
- 24 abr 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 abr 2023
La dedicación: Objetivo primordial en el reconocimiento de los dones y talentos.
Como siempre, aprendo mucho al encontrar el sentido de las palabras.
Hace ya tiempo que reflexiono sobre la dedicación. En una primera lectura se considera que es la acción de dedicarse a algo o consagrarse a algo, en definitiva, poner atención o esfuerzo en la realización de determinadas acciones.
El origen etimológico de este término procede del latín. En concreto deriva de “dedicatio”, que se traduce como “ofrecer una obra a una persona” y consta de:
El prefijo “de”, que significa “de arriba hacia abajo”. El verbo “dicare”, que es sinónimo de “consagrar”. El sufijo “cion”, que equivale a “acción y efecto”.
Cuando somos niños, ¿a qué nos dedicamos de manera natural?
A jugar, a reír, a estar alegre, a crear ilusiones. Estas acciones no parecen que sean obligatorias, más bien serían innatas a la personita que somos en ese momento.
Más adelante aparece la dedicación al estudio. Este te gusta cuando se dan las condiciones adecuadas: curiosidad, ilusión por aprender, descubrir y sobre todo, disfrutar de ello. No siempre surge esta dedicación. Observo a muchos jóvenes muy desmotivados y perdidos al respecto.
Otra dedicación importante aparece en el terreno de las relaciones: “el estar con los amigos”, desarrollar empatía, cariño o compartir con ellos las experiencias vitales.
Llegado a este punto, existe la dedicación altruista hacia los demás, bien sea en nuestro grupo familiar o en otros ambientes, por ejemplo, el voluntariado. Muchas personas dedican el objetivo de su vida a ello, se entregan en cuerpo y alma, una especie de consagración, que denota algo más profundo y sincero. Así surge el concepto de “servicio” o “vocación”.
Vocare es un término del latín que se comprende como una llamada hacia un destino concreto o finalidad. Por eso la vocación está también relacionada con el mundo religioso.
Otra de las dedicaciones más relevantes es la profesión. En este campo existe gran variedad de opciones. Quizá la sociedad tal como está construida en sus fundamentos, obliga en cierta manera a tener un trabajo, una profesión sí o sí. ¡Claro! Hay que sobrevivir, es decir, hay que comer y cubrir todos los gastos que se generan en el proceso de vivir. ¿Y dónde se queda el disfrute, que te apasione lo que hagas, o te aporte alegría como en la niñez?
Muchas personas consiguen el pack completo, otras no.
¿Destinamos suficiente tiempo a encontrar la dedicación adecuada para nosotros? ¿Nos vemos abocados a localizar cualquier trabajo para salir del paso? Pareciera que al cumplir dieciocho años ya toca espabilarse.
Imaginemos a una persona hace cientos de años realizando oficios sencillos como: el hilado y confección de telas y ropa, recolección de alimentos, agricultura o ganadería, carpintería y un largo etc. Muchos de estos trabajos se han ido transformando con el avance de la tecnología. Otros no han tenido tanta suerte, se han quedado en el olvido. Recuerdo ocupaciones como: limpiabotas o boleros, o esas dotes artesanales que se vieron avocadas a decrecer, por ejemplo: tejedor de esparto, con creaciones como las esparteñas o sandalias, cestas, etc.
Aún así, me sorprendió gratamente comprobar cuando busqué información en Internet que existen talleres para recuperar esta ocupación artesanal.
¿Cuál es tu dedicación en estos momentos?
En esta reflexión, tanto una valoración objetiva como sutil nos enriquece como personas. ¿Le damos más valor a lo profesional? ¿Al ambiente familiar? ¿Hemos sido capaces de desarrollar nuestros dones y talentos? Es evidente que estos pueden estar íntimamente relacionados con nuestra dedicación.
Por último, no olvidemos la contemplación de lo hermoso, la meditación, la atención consciente, la conexión con el cuerpo, con el ser y sobre todo, vivir, que es la dedicación por excelencia.
Resumo unas instrucciones a seguir para descubrir tu óptima dedicación:
1) Anota qué es lo que más te gusta hacer.
2) Dentro de esas opciones, destaca lo que más te apasiona, rodéalo con un círculo.
3) Te invito a seguir la siguiente meditación que favorece descubrir los dones y talentos propios:
4) Escribe o dibuja en tu cuaderno las imágenes, sensaciones, recuerdos o acciones que te haya sugerido la meditación.
5) Realiza un collage con todo lo anterior. Localiza lápices de colores, rotuladores, revistas o papeles de colores. A la vez elige una música que te guste, inspiradora.
6) Vuélvete un niño en estos momentos, juega, sonríe, disfruta.
7) Contempla tu obra de arte, eres alguien muy creativo.
8) Para aquellas personas que no les haya salido apenas nada: Elige otro momento y vuelve a repetir los pasos anteriores.
9) Sea cual sea el resultado obtenido agradece desde tu corazón la experiencia.
10) Repite esto tantas veces como desees. Te sorprenderá...
Carmen Ruiz Abad
Me ha gustado mucho